INTRODUCCIÓN
"...para el hombre religioso precristiano era, en efecto, fácil distinguir una piedra sagrada de todas las otras piedras que no incorporaban lo sagrado; fácil distinguir un signo cargado de poder —una espiral, un círculo, una svástica, etc.— de todos los otros que no lo estaban; fácil aun separar el tiempo litúrgico del tiempo profano; en cierto momento, el tiempo profano dejaba de correr y, por el mismo hecho de que el otro estaba iniciado, se iniciaba el tiempo litúrgico, el tiempo sagrado”
Mircea Eliade (1988:164)
El descubrimiento y conquista de América, los viajes de circunnavegación, dieron a conocer al hombre europeo de los siglos XVI, XVIIy XVIII nuevas formas de vida, cultos y creencias, que en la medida de su óptica vincularon a su búsqueda de una de los mitos más antiguos: el mito del paraíso terrestre. Eliade (1988:19) plantea que el hombre europeo inventó un tipo de «buen salvaje» en correspondencia a sus preocupaciones morales como políticas y sociales, envidiando sus libertades, su equitativa división del trabajo, su existencia arcádica en el seno de la naturaleza, y como tal interpretaron sus mitos y creencias. Los cronistas, educados dentro de la fe cristiana, del desprecio a todo lo que oliera a pagano, solo tenían como patrones de comparación, los panteones mitológicos griegos, romanos y otros bastante disímiles de los que se encontraron en América, y así los mitos van a sufrir tergiversaciones en sus enfoques. Influyó además la desaparición de la lengua de los primitivos pobladores y los mitos se quedaron varados en el tiempo y en las páginas de los manuscritos de algunos frailes como Pané, Las Casas o Mártir de Anglería, provocando para el hombre actual, una serie de interrogantes respecto a las creencias de nuestros aborígenes.
Estudios de gran profundidad, como los de Arrom, López-Baralt, Cassá, Alegría, entre otros, han sacado a la luz los mitos y sus interpretaciones basándose en las creencias de pueblos que aun sobreviven en el continente americano y de estudios lingüísticos del aruaco. Importante descubrimiento para la comprensión de la sociedad primitiva en las Antillas, ya que los mitos no sólo son una forma de exteriorización de concepciones animistas, totémicas, fetichistas y animatistas, como explican algunos autores, por esencias religiosas; tampoco es sólo el mero relato del tiempo primigenio. Su carácter etiológico está en ofrecer una interpretación acorde al grado de desarrollo de la sociedad dada las condiciones de su desenvolvimiento y las características del entorno natural, así como el establecimiento de patrones de conducta y comportamiento, la imposición de la ética social del grupo a través de la narración de modelos ejemplares.
La desaparición de la lengua aborigen en el proceso de transculturación posterior a la conquista española dificulta la labor de interpretación de los mitos recogidos por las fuentes, que también se vieron obstaculizados por el desconocimiento o el conocimiento parcial del lenguaje, y la cultura europea que les provocó una óptica distorsionada de la realidad americana.
En pueblos como los nuestros donde sólo se salvó de su cultura lo recogido por los cronistas, entre ellos una serie de nombres, podemos determinar sus raíces etimológicas a través de estudios lingüísticos realizados en otros pueblos que si conservaron su lengua aruaca y estableciendo comparaciones entre los términos y las funciones que ocupa el individuo designado dentro del mito. Un importante papel han jugado los investigadores Brinton, Breton, Perea, Tejera, Alvarez Nazario, Barral, Valdés Bernal y Arrom entre muchos otros.
Estos estudios han demostrado que ante la inexistencia de nombres propios el hombre primitivo toma objetos que representan características personales o atributos para definir al individuo. El conocimiento del nombre mítico y su significado también nos permite conocer la etiología del mito a partir del establecimiento de analogías con los de otros pueblos del mismo tronco aruaco o relacionado con estos.
Mitonimia
AIBAMAYA: Nombre de personaje legendario aborigen de Cuba recogido por Feijóo (1986: 21), quien plantea a su vez tomarlo de Américo Alvarado. India de las tribus Yucayo que poblaban la región de Matanzas, conocida como «la mujer que mataba por amor”, según el mito logró el amor del cacique Guacumao y convertida posteriormente en piedra al intentar escapar junto al cacique. Polisintetismo formado por la posible corrupción de Aida que, en guarao, significa superior, el más grande, Barral (1979: 6) y Maya, que es el nombre que recibe en Cuba la Bromelia pinguin, planta silvestre cuyo follaje recuerda a la piña, Valdés (1991:I, 302). El posible significado de este término podría traducirse como: Gran Maya.
AIPIRÍ: Nombre por el que se conoce a un personaje de las leyendas aborígenes cubanas recogida por Valle (1919: 95-99). Según la leyenda, esta india vivió en la Jagua precolombina. Una vez casada, y con un hijo, sintió nostalgia de sus días de doncella y comenzó a ausentarse de su casa dejando a su hijo abandonado; tras este hijo vinieron otros seis sin que variara la conducta de la madre, los cuales lloraban produciendo un sonido como guao-guao. Mabuya cansado de tanto oírlos los transformó en arbustos venenosos conocidos por el nombre de guao, Comucladia dentata, Valdés (1991:I, 226), y a la madre, Aipirí, en Tatagua, Erebus odorata, Valdés (1991:I, 332). Posible descendencia del vocablo aruaco Aipara que significa “de pelo encrespado”.
ALBAHOA: Según Feijóo (1986: 22) es nombre de personaje de las leyendas aborígenes cubanas de la zona de Matanzas. India amada por Yumurí, pero obligada a casarse con Canasí, escapa junto al primero muriendo ambos al hundirse en el fango del río Babonao cuando escapaban de sus perseguidores. El término, aunque no hemos podido determinar su posible significado, denota procedencia indoantillana.
ALBEBORAEL GUAHAYONA: Pané (1990: 23-26) lo recoge como personaje mitológico de los taínos de La Española. Fue el que separó a las mujeres de los hombres de la misma tribu endogámica creando nuevas relaciones exogámicas; iniciador de la primera migración mitológica. Curó de su enfermedad de la piel gracias a Guabonito, quien le obsequió los guanines o joyas más preciadas para los pueblos indoantillanos. Antepasado mítico, Bachiller y Morales (1883: 1, 139) lo señala como antediluviano, o sea, anterior al diluvio de Yaya.
Arrom (1990: 63) se refiere al cambio de Guagugiona a Guahayonaya que en aruaco wahajia~wahaddia equivale a “luego, de ahí en adelante”. Y aclara que entre los pueblos aruacos es costumbre muy generalizada cambiar de nombre una vez que se ha rebasado una gran enfermedad. Lo que traduciría el nombre de Albeborael Guahayona como «De ahí en adelante Albeborael”.
Zayas (1914: II, 17-19): Vagoniona, Guagoniana, Guahiohana, Guagugiona, Giahubagia, Guahagiona.
Izquierdo Gallo (1956: 185) Guaguinona
Bachiller y Morales (1883:II, 139) Albebora, Albeborael Guagoniana.
Cambiaso (1974: 35) Guayuyona y dice que puede ser acaso corrupción de Vagoniana.
AMAYAÚNA: Cueva mítica de las creencias de los taínos de La Española, Pané (1990: 22), según las cuales, de ella salieron a poblar la isla los no taínos. Esta cueva, creían los aborígenes, se hallaba en una montaña llamada Cauta en la región de Caonao en la ya mencionada isla. Arrom (1990: 59) en sus notas al libro de Pané escoge la versión de Pedro Mártir, Amaiauna y no Amaiauua de Ulloa y para esto se basa en la unión del semantema iauna, iouna en aruaco, que tiene el sentido de valor, recompensa; mientras que el prefijo Ama- pudiera ser el prefijo privativo ma-; lo que significa “los sin valor, los sin mérito, los no taínos”.
En kaliña Amoanyá significa casa, tal vez el nombre en esta lengua explique el hecho de que se nombre con este a la cueva de la que salieron los no taínos.
ANACACUYA: Antepasado mítico o personaje mitológico recogido por Pané (1990: 25). Era nombre de un cacique de la cueva Cacibajagua que ayudó a Guahayona en el éxodo, pero fue engañado por este y lanzado al fondo del mar donde murió.
Arrom (1990: 62) plantea que este polisintetismo está formado por los vocablos annaka que significa: centro, medio y cuya, que bien pudiera ser Kuya, espíritu o Kuhuyakoeia, estrella, constelación; que traducido podría ser Espíritu Central o quizás Estrella o Lucero Central.
ATABEY: Ser mitológico de los taínos al que sí se le rendía culto, representaba a la madre del Ser Supremo. Pané (1990: 21) la recoge con este nombre y con otros cuatro por los cuales, según él, también era conocida. Estos son: Guacar, Apito, Yermao y Zuimaco; en ocasiones la nombra Atabeira, Atabina o Atabex. Es símbolo de la fertilidad y la maternidad.
Arrom (1990: 58) analiza dos de las variantes del nombre, Atabeira y Guacar. De Atabeira da su raíz en el vocativo Atte, madre y el sufijo ligado beira, agua; lo que equivaldría a Madre de Aguas; y Guacar lo plantea como la unión del prefijo wa, nuestro y kar como forma apocopada de katti~kairi, luna, mes, término compuesto a su vez de ka, fuerza e iri, marea, menstruación, todo lo cual nos vincularía esta deidad al símbolo de la fecundidad, la femineidad, la maternidad.
Bertoni (1916: 86) dice que la tierra es Guaca, Anglería cita a Guacar como región o cercanía; Perea (1941: 45-46) plantea que Guacar pudo surgir del pronombre wai, wakia directamente de waikillen, para expresar “lo nuestro, el territorio que ocupamos”, lo que podría traducirse en Guacar como la Madre Tierra.
Bachiller (1883: II, 152-153) en su estudio sobre el Ser Supremo define a Atabey o Ataba, como él la llama, proveniente de At, ata, atu, que significa primero, solo, único, y Bei que significa existencia; lo que se traduciría como Ser Único. Esto se contradice con los mitos recogidos por Pané en el cual el Ser Único o Supremo es Yúcahu, su hijo.
Cambiaso (1974: 2) recoge Apito como nombre de mujer casada y que quiere decir “que ha resucitado”. También la recoge con el nombre de Atobei.
AYCAYÍA: Nombre de personaje legendario aborigen de la zona de Jagua, Cuba recogido por Valle (1919: 41,44) y la describe como india muy hermosa que trastornó con su belleza a todos los hombres de su tribu. Al quejarse las esposas abandonadas al behíque, este invocó a Mabuya, provocando un huracán que arrastró a la joven y a una anciana acompañante al mar transformándolas en ondina o sirena a la primera y en tortuga a la vieja Iguanayoca.
Posible tenga este nombre su raíz en el aruaco aiki, que significa malvado.
BAGANIONA: Corrupción de Guahayona recogida por Gavaldá.
BAIBRAMA: Es el Cemí de la Yuca, deidad vigilante de los cultivos, Pané (1990: 43). Cuenta el mito que este cemí fue quemado en una guerra y al lavarlo posteriormente con jugo de yuca le crecieron los brazos, el cuerpo y volvió a tener ojos. Arrom (1990: 75) plantea que Alba y Buya, los otros nombres de este cemí que recoge Pané, más que nombres son epítetos y añade que tienen su raíz en ayúa y puxí, feo y malo, respectivamente y cita a Brinton en «The Arawak language of Guiana in its Linguistic and Ethnological Relations” p.444, y al Conde Ermano Stradelli, en Vocabularios da lingua geral portuguez-nheêngtú e nheêngtú-portuguez, Rio de Janeiro (1929: 385, 625). Sin embargo en estudios que hemos realizados de las lenguas de procedencia aruaca tenemos que en lokono, Buya es alimentar, nutrir, dar de comer, Edwards (1980: 73) y Aakwa, es hincharse, engrosarse, dilatarse, expandirse. Barral en su Diccionario recoge Buya como paragoje de abuya, muerdo, muerdes (1979: 78) y Alda (1979: 6) Crecer, crecido, grande, Grande (en sentido moral), superior, Jefe; y también Alda: El grande, el que es grande entre otros más pequeños, el de más categoría.
Una de las formas de nombrar al Ser Supremo los guarao es Aidamo que significa Señor o Jefe.
En lengua guajira, Jusayú (1977: 71,75,83), Ai significa yuca, Ain, ain-uá, corazón, alma, espíritu; y Aiuá, ser querido, amado, estimado.
En lengua Ceona, Aybue se traduce como los Antepasados o Mayores.
Entre los cunas Ayban es un Ser Superior, jefe de una montaña donde vivía una generación de deidades.
Analizando lo anterior llegamos a la conclusión de que Baibrama, cemí de la yuca, lleva como epítetos: “El que Crece, el Superior, el que alimenta”.
BAIGUANA: Personaje de las leyendas compiladas por Feijóo (1986: 20) como india muy hermosa de la zona de Matanzas, que por traer enloquecidos a los hombres hasta el punto que todos los trabajos habían sido abandonados, el cacique después de consultar a sus deidades, le llevó un pescado mágico que la hizo dormir y la transformó en montaña, la cual es conocida en nuestros días como el Pan de Matanzas.
Posible traducción como Iguana Sagrada o Padre Iguana, polisintetismo descendiente de los términos Ba, padre o Baye, sacerdote y el vocablo Iguana.
BAYAMANACO: Ser o antepasado mítico de las creencias religiosas taínas, vinculado a los mitos de la creación pero sin ninguna función religiosa, Pané (1990: 30). Conocedor de los secretos de la confección del cazabe y de los ritos de la cohoba y vinculado al surgimiento de la raza humana creando a Caguama mediante su saliva mágica lanzada a la espalda de Deminán Caracaracol cuando este intentó robarle el cazabe. Es héroe cultural del tiempo mitológico primigenio. Algunos autores lo llaman Ahiacabo Guamocoel, ejemplo Zayas (1914:I, 63). Esta última denominación se ve muy bien refutada por Arrom (1990: 68) cuando explica las raíces de esta frase que literalmente se traduce como «hablemos con nuestro abuelo”.
En cuanto al nombre de Bayamanaco podría ser un polisintetismo formado por los vocablos Baye, sacerdote, y annaka, central, lo cual sería Sacerdote central o principal.
BOINAYEL: Considerado Ser mitológico tamo o deidad, aunque Pané (1990: 31) deja bien claro que es un cemí o espíritu tutelar, al cual se le invocaba para que lloviese. Se encontraban en la entrada de la cueva de Iguanaboina junto al cemí Márohu y se representaban con las manos atadas. Arrom (1990: 70) lo recoge con este nombre y plantea en su análisis que esto se traduce como el Hijo de La Serpiente Parda, teniendo en cuente que boina podría ser la misma voz boiúna que se registra en el Diccionario de folclore brasileiro de Luis Câmara Cascudo (1962: 123-124) y que la terminación -el significa hijo.
Siguiendo el análisis de que mboi significa serpiente y añadimos que en lokono, Edwards (1980: 64), aiya es llorar, también tendríamos la posible traducción de “el hijo de la serpiente que llora”, metáfora muy utilizada por los pueblos americanos para referirse a la lluvia.
Zayas (1914:I, 114) lo recoge como Boinael.
Mártir de Angleria lo nombra Binthaitel y a partir de él varios autores lo denominan de esta forma, entre ellos Perea (1941: 19-20) quien dice además que es nombre de cemí relacionado con el sol.
Bertoni (1916: 86) lo da como Boinial y Cambiaso (1974: 15) lo llama Boiniael y dice que significa Hijo de Boinial que a su vez se traduce como “tan grande como una montaña”, pero no aclara de que fuente lingüística toma este dato.
CACIBAJAGUA: Nombre de la cueva de la que proceden los taínos, según sus propios mitos recogidos por Pané, esta se encontraba en la montaña Cauta en la región de Caonao. Voz que proviene del término Casimba, que sirve para designar oquedades en el terreno y Jagua, Genipa Americana, árbol común en las Antillas, lo cual se traducirla como Cueva de Jagua.
CAGUAMA: Guarch y Querejeta (1992: 14-15) (1993: 18) nombran de esta manera a la tortuga que surge de la espalda de Deminán Caracaracol, sobre la que Pané (1990: 31) dice que lograron sacarla cortando la espalda de Deminán con un hacha en el lugar donde le había golpeado el guanguayo lanzado por Bayamanaco al irle a pedir cazabe. La tortuga, dice Pané, era hembra y fue criada por los Gemelos. Anglería plantea que lo que salió de la espalda del Caracaracol fue una mujer con la cual habitaron los Cuatro hermanos y de la cual tuvieron hijos e hijas, lo cual ha hecho que se vincule esta al mito del surgimiento de la raza humana. Caguama es una especie de tortuga marina cuyo nombre científico es Caretta caretta.
CAONAO: Personaje mitológico recogido por Valle (1919:19-23) y perteneciente a las creencias de los aborígenes de la región de Jagua, Cienfuegos. Segundo hijo de Hamao y Guanaroca, esposo de Jagua, sus hijos fueron las primeras mujeres. El nombre de Caonao es un topónimo muy abundante en la lengua taína y también es nombre de una planta de la especie Polygala oblongata.
CAORAO: Según Valle (1919: 41-44) Dios de la Tempestad para los indios de Jagua. Desconocemos tanto la filiación lingüística del término como las fuentes de las cuales los autores lo tomaron.
COATRISQUIE: Cemí de los mitos taínos recogidos por Pané (1990: 46), según estos su función era la de acompañar al cemí Guabancex. Era el recogedor y gobernador de las aguas torrenciales. Se desconoce la raíz etimológica del nombre; aunque si es de descendencia aruaca.
COROCOTE: Según Pané (1990: 44) Cemí del cacique Guamorete, habitaba en lo alto de la casa, de la cual bajaba de noche para habitar con las mujeres; este cemí logró escapar al incendio de la casa refugiándose en una laguna cercana, también informa Pané que perteneció posteriormente al Cacique Guatabanex de la región de Ja. Cuenta también el mito que con el tiempo le salieron a Corocote dos coronas.
Guarch (1992: 42-43) lo recoge como antepasado mítico que engendra el amor carnal.
Arrom (1990:76) plantea que el término podría ser el aruaco Korrocori oro, metal rojizo, o el guaraúno corocori “bronce”. Y del nombre del Cacique Guamorete dice que parece provenir del aruaco wa-murreti, Nuestro Creador.
DEMINÁN CARACARACOL: Héroe cultural o antepasado mítico de los taínos, Pané (1990:29), el mayor de los Cuatro Gemelos, el primero en ser sacado del vientre de Itiba Cahubaba, junto Yaya se encuentra vinculado al mito de la creación del mar y junto a Bayamanaco de la creación de Caguama.
Anglería lo recoge como Demiban Caracaracol.
Cambiaso (1974:32) lo nombra Dimivan.
Arrom (1990:67) se adhiere a la expresión que da Taylor en su “A note on the Arawakan of taíno” (1954:53) de que el término Caracaracol provenga del término eyeri Kara Karacoti cuya traducción seria “piel sarnosa”.
GUABANCEX: Cemí taíno recogido por Pané (1990:45), el cual según su descripción corresponde a la deidad de la tempestad, o más bien del huracán, también añade que es de sexo femenino y que va acompañado por dos cemíes, el uno heraldo y el otro recogedor de las aguas, Guataubá y Coatrisquie respectivamente.
Aún desconocernos la raíz etimológica del término.
GUABONITO: Personaje de la mitología taína recogida por Pané (1990:25), es de sexo femenino, vivía en fondo del mar, fue quien curó a Guahayona de su enfermedad y le regalo los guanines.
Término de posible raíz guaraúna, en esta lengua wabon significa inmortal, que no muere, Barral (1979:449).
GUANAROCA: Según Valle y Hdez. (1919:13-16) personaje de las leyendas aborígenes cubanas de la zona de Jagua. Representa la primera mujer, fue creada por la Luna para compañera de Hamao. Sus lagrimas por la muerte de su primer hijo formaron la laguna que lleva su nombre. Término que posiblemente tenga su raíz en Guanara, que según Guarch y Querejeta (1992: 23-24, 36 nota 25) significa “lugar apartado y tranquilo” ; mientras que Arrom (1990:63) citando de Rafael Celedón su Gramática, catecismo; vocabulario de la lengua guajira (1878: 96) dice que puede provenir del término “guanoru” que significa enfermedad en esta lengua.
GUATAÚBA: Aparece de esta forma en Pané (1990:46) y dice que es el nombre del cemí pregonero de Guabancex, es el trueno que anuncia la tempestad.
Arrom en su análisis (1990:77) lo descompone en Wa- nuestro y Taúba- que pudieran ser el mismo Tupa o Tupan, deidad del trueno para los guaraníes, o la deidad suprema Koeruna Toibá.
Zayas (1914:64) lo recoge como Guatamba y Cambiaso (1974:35) lo llama Guataura.
GUAYZA: Según Arrom (1990:72) es la forma correcta del vocablo goeiza relacionado por Pané (1990:33) y plantea que proviene de waisiba, isiba es cara, rostro, wa como prefijo prenominal posesivo que significa nuestro, por lo que significarla nuestro rostro. Es el alma de los seres vivientes que habita el cuerpo mientras vive pero que en el momento de la muerte se escapa de él. Según lo referido por Pané se puede entender también corno especie de espíritu o fantasma.
Arrom toma para su explicación de Brinton (1871:438) , Perea coincide con los anteriores.
lsiba, Iza, asimilada a la radical izi, issi, isi presente en el correspondiente a rostro, semblante, faz.
HAMAO: En las leyendas acopiadas por Valle y Hernández (1919: 13-16) es el primer hombre creado en la zona de Jagua, dio muerte a su hijo por los celos del amor de Guanaroca, su esposa, y lo oculto en una güira del monte, que al romperse, de esta surgieron peces y tortugas.
HUIÓN: Según Valle y Hdez. (1919:13-16) es el Sol para los aborígenes de Cuba, de la zona de Jagua. También plantean que es el creador de los hombres, mientras que la Luna lo es de las mujeres.
Bachiller lo refiere como el segundo caribe de los diez que surgieron del ombligo de Lucuo (1883: I, 323) y lo escribe Huin, al igual que Izquierdo Gallo. Esto a lo que llaman Bachiller y Morales o Izquierdo Gallo incorrectamente caribe insular, es a lo que se ha llamado aruaco protomaipure, Valdés Bernal (1991:I, 33).
HURACÁN: Según Ortíz (1947:89-93) e Izquierdo Gallo (1952:185-190) es el Dios de la Tempestad para los aborígenes de Cuba, Señor Todopoderoso para los antillanos cuyo terrible poder se manifiesta por los truenos, tempestades, rayos, borrascas, ciclones.
Ortíz en su estudio plantea que esta deidad debió tener muchos devotos entre los indios cubanos, quienes le pedían que no desatara sus furias y que a su vez los favoreciera en las lluvias que promovían la fecundación y prosperidad de sus campos. Plantea además que el Huracán de las Antillas debió ser la deidad predominante en los cultos, aunque más tarde en este propio estudio dice que entre los indios cubanos de origen aruaco Guabancex, la deidad del Huracán, no era la Suprema sino Atabeira, aunque Pané y Arrom, entre otros investigadores plantean que esta deidad suprema es Yúcahu.
Izquierdo llega a la conclusión de que en La Española prevaleció el nombre de Guabancex y que este es equivalente al Huracán de Cuba.
Mártir de Anglería, las Casas y Oviedo lo recogen como Huracán y plantean que es vocablo antillano.
Rafinesque lo recoge como Iuracan y dice que es una palabra de los indios Eyeri, o sea, protomaipures de las pequeñas Antillas.
Perea también lo define como eyeri y dice que parece derivar de una radical común de los idiomas aruacos.
IASIGA: También conocida como Yasiga, india de la Jagua precolombina, de las leyendas recogidas por Valle y Hdez. (1919:27-32), esposa de Maitío, de temperamento ardiente y apasionado, amante de Gagiano; sorprendida por su esposo fue transformada en un monstruo marino que se aparece mudo y suplicante a los pescadores solitarios.
IGUANAYOCA: En las leyendas reunidas por Valle y Hdez. en la zona de Jagua (1919: 41-44) es el nombre de la anciana acompañante de la india Aycayía transformada en tortuga al ser arrastradas por el huracán que había invocado el behíque para castigar a la joven. Este nombre tiene sus raíces en Iguana y yuca lo que traducido significaría serpiente de la yuca.
INAO: Según Valle y Hdez. (1919:13-16) primer hijo de Hamao y Guanaroca. Fue llevado al monte por su padre donde murió por falta de alimentos. Hamao para ocultar su delito escondió al niño dentro de un güiro que colgó de un árbol. La madre al notar la falta de su hijo salió a buscarlo y al encontrar el güiro, lo dejo caer y de este brotaron peces, tortugas y gran cantidad de líquido. Los peces formaron ríos y las tortugas la península de Majagua y los cayos del sur de Cienfuegos.
Posible corrupción de Ineu.
Sixto Perea lo recoge como voz aruaca que significa hijo.
Rafael Girard recoge en los mitos lunas a Ineu, segundo de los hijos de una deidad, descubridor del paraíso, enseño a los hombres el cultivo de la tierra.
INRIRI CAHUBABAYAEL: Pájaro carpintero, fue buscado cuando se produjo la separación de los hombres y las mujeres y la aparición de los primeros seres asexuados, se le busco para que les abriera el sexo a estos últimos, Pané (1990:27).
La esencia del vocablo Cahubabayael indica que es hijo de Çahubaba, la MadreTierra y la homotonía con Yahubabayael plantea la posibilidad que se refiera al mismo individuo, Arrom (1990: 65).
Cambiaso (1974:20) plantea que Cahuvaial es nombre antiquísimo del Carpintero Real.
ITIBA CAHUBABA: Recogida por Pané (1990:29) como madre de los Cuatro Gemelos, los cuales tuvo al morir en el parto y al abrir su vientre, de los cuales el mayor fue Deminán Caracaracol. Antepasado mítico.
Arrom en su análisis del libro de Pané (1990:66) plantea que a menudo en las lenguas aruacas la T se permuta por la K por lo que Tahuvava (así lo escribe Ulloa) podría leerse Cahubaba, señala además que de haber existido relación con el Tupí-Guaraní la palabra podría provenir del vocablo Kayu que en esta lengua significa vieja cargada de años.
Ite en aruaco procedió de la raíz ite~ üttü~ütte que significa sangre, todo lo cual se traduciría como Ensangrentada Madre Vieja.
JAGUA: Valle y Hdez. (1919:19-23) en sus leyendas de la zona de Jagua dicen que este personaje fue la segunda mujer sobre la tierra, nacida de un montón de frutas maduras al contacto de un rayo de Luna.
Fue la mujer de Caonao, sus hijos fueron las primeras mujeres.
Jagua es un vocablo de definida filiación aruaca, Valdés Bernal (1991:254), es el nombre que en Cuba se le da al Genipa americana, árbol maderable muy común.
MABUYA: Según las diversas interpretaciones de los cronistas de indias es el nombre que los taínos de Cuba dan al Diablo o más bien al Ser sobrenatural al que achacaban sus calamidades.
Según Zayas (1914:152) es un espíritu maléfico, genio del mal y a su vez cita a Brasseur de Bourbourg que descompone el vocablo en ma- prefijo negativo y buya- cosa o espíritu bueno, de lo que resultaría negación del bien, o espíritu del mal. Siguiendo el razonamiento de este trabajo en que traducimos Buya como: el que alimenta, el que nutre, el que da de comer y lo ligamos al prefijo negativo ma-, tendríamos que Mabuya sería el que no alimenta, o también el que quita el alimento, lo que nos acercarla a las reflexiones de Fernando Ortíz acerca de Mabuya y su relación con la parte negativa del Huracán.Corroborando lo anterior, Sixto Perea plantea que Mabuya significa ayuno.
MÁCOCAEL: Personaje mítico de las creencias taínas recogidas por Pané (1990:22), fue escogido para distribuir los seres humanos que habitaban en la cueva Cacibajagua, un día tardó en regresar de su guardia y fue sorprendido por el Sol y transformado en piedra cerca de la entrada de la cueva. Antepasado mítico.
Arrom en su estudio al libro de Pané (1990:60) toma el término que da Anglería
Machochael y no el de la traducción de Ulloa Marocael y plantea que este puede tener su raíz en el vocablo aruaco akoke que significa párpado lo que ligado al prefijo negativo ma- se traduciría como “el sin párpados”. Aunque en la lengua protomaipure del Caribe insular ako significa: poder, observación de las enseñanzas, lo cual también podría resultar: «el sin poder”, o, «el que no observó las enseñanzas recibidas”.
MAGUANI: Cacique de la zona de Matanzas que, según los mitos recogidos por Feijóo (1986:21), pescó un pez mágico con el cual logró dormir a la india Baiguana y transformarla en montaña.
Magua según las Casas y Perea (1941:43-44) significa vega y la partícula ni significa poco, lo que le da un carácter diminutivo que podría traducirse como vega pequeña o veguita.
MAICABO: Según Guarch y Querejeta (1993:57) ídolo de piedra encontrado por un campesino en una cueva de la loma del Júcaro, Holguín y añade que es posiblemente una corrupción del vocablo aruaco Maitabo que significa sin manantial, seco, dice además que es una advocación nominal por la que se conoce a Marohu.
MAITIO: En los mitos de la zona de Jagua, Valle y Hdez. (1919:27-32), este personaje es el indio esposo de Iasiga que al descubrir a su mujer engañándolo con su amante invocó a Mabuya y al instante ella quedó transformada en un monstruo marino.
Vocablo de posible procedencia aruaca con raíz en iti-ite sangre, que se traduciría como “el sin sangre”.
MAQUETAIRE GUAYABA: Señor de Coaybay, según Pané (1990: 32) el primero en ir a la Casa o habitación de los muertos, este lugar se ubica en una isla nombrada Soraya, donde los muertos pasan el tiempo comiendo guayabas y haciendo areitos.
Arrom refiriéndose al término Maquetaire plantea que acaso este relacionado con el vocablo aruaco Kokke, Kakü, “vivir, vida” lo cual podría significar ligado al prefijo ma-, el sin vida.
En cuanto a Guayaba cita a Ulloa que la escribe como Guabazza y a Anglería que lo da como Guannaba.
Bachiller y Morales (1883:279) lo traduce como guanábana, la cual no tiene ningún parecido al membrillo como así lo describe Pedro Mártir. Arrom en su análisis de este vocablo dice que el guannaba puede ser la latinización de guañaba, guaiaba o guanyaba la cual si tiene parecido con el ya citado membrillo.
Coaybay, Arrom lo relaciona con el vocablo aruaco Kocua que significa estar ausente y el semantema baí con los vocablos registrados en el aruaco taíno boa~bouhí~bohío que se traduce corno Casa, o a los términos del lokono bahoi~bahü, casa morada, lo que resultaría Casa de los Ausentes
Cambiaso para referirse a El señor de Coaybay lo nombra Machete Taurú Guauana (1974: 55).
MÁROHU: Cemí hecho de piedra, según relata Pané (1990:31), dice de él que era muy estimado, al igual que Boinayel, se representaba con las manos atadas; Guarch y Querejeta (1992:32) dicen que es deidad del tiempo despejado, sin lluvias, el causante de las temporadas de seca, para esto se basan en la explicación de Arrom acerca del significado del nombre. Boinayel y Mároho se encontraban en la entrada de la cueva Iguanaboina, vinculada a la aparición del Sol y la Luna, de ahí que algunos autores relacionen estos cemíes con los citados elementos cósmicos.
Arrom toma el nombre Maroho de Anglería y descompone el término en ma- prefijo de negación o privativo, aro procedente de las voces aruacas or-aro, ur-aro que significan nube y el sufijo nominalizador -hu, como signo de referencia lo cual se traduciría como El Sin Nubes.
También dice que Ulloa lo escribe Maroio, término que tal vez sea el que provoque la confusión por la cual muchos autores, vinculando el cemí a la Luna, llamen a esta última Maroya.
Perea (1941:20-22) lo llama Maroho y lo define como cemí que representa la Luna. Considera que el tema que informa el nombre de la Luna se halla efectivamente presente en esta palabra, y se basa en las equivalencias de las palabras fuego y luz, plantea que trátase de la radical ar, aru, ari y sus variantes y explica que el prefijo negativo ma- ligado a esta radical sería alusión a la débil intensidad luminosa de la Luna y pone el ejemplo del adjetivo verbal aruaco Marúnnahan que significa no ser luminoso, no ser brillante.
MAROYA: Forma en que algunos autores personifican la Luna, ejemplo Valle y Hdez. (1919:19-23), Bachiller (1883:11,24). Suponemos que esta confusión, como planteamos en el análisis de Mároho, provenga de traducción de Ulloa al documento de Pané cuando nombra al cemí en la entrada de la cueva Iguanaboma, Maroio.
Bertoni (1916:85) plantea que Maroyo también Maroho en la Luna en taíno.
MAUTIATIHUEL: Según Pané (1990:31) es nombre del Cacique de la región donde se halla la Cueva Iguanaboina, de la cual salieron el Sol y la Luna, según Guarch y Querejeta (1992:17) personificación de la Aurora, anunciaba la salida del Sol, tal vez basan su explicación que hace de este polisintetismo Arrom en sus notas al libro de Pané (1990:69) en la cual lo descompone de la siguiente forma Mautia “alba o amanecer”, -ti partícula nominalizadora, -hu, signo de respeto y la terminación —el que significa hijo de, todo lo cual resultaría “Hijo del Amanecer”, también plantea que podría traducirse como Cacique de la Región del Alba.
Bachiller (1883:II, 244) lo nombra Manaia Tiunel y Cambiaso (1974:59) Mancia Fionel.
OCÓN: Valle y Hdez. (1919: 14) en sus leyendas aborígenes de la zona de Cienfuegos dicen que es la personificación de la Tierra.
OPíA: Espíritu de los muertos, Pané (1990:33), es la que continúa a la Guayza después de muerta.Zayas (1914:II, 103-104), Valle y Hdez., y Las Casas lo nombran como hupia.Breton (1812:424) en su Diccionario Caraibe- français cita el vocablo aruacoprotomaipure, que llama Caribe insular, oupoyr-m y dice que significa espíritu.Cambiaso (1974: 48) en su libro la escribe Hupía por Jupía, y dice que es Fantasma.
OPIYELGUOBIRÁN: Cemí que, según los relatos recogidos por Pané (1990:45) tiene cuatro patas y forma de perro, hecho en madera; pertenecía al cacique Sabanajobabo. Escapaba todas las noches para irse a los bosques donde era necesario buscarlo y traerlo a casa atado con cuerdas de las cuales escapaba para regresar a los montes y cuenta la leyenda que al llegar los españoles a la isla de Haití escapó hacia una laguna y nunca más fue visto.
Zayas (1914:11, 226) lo recoge como Opijileboniran.
Arrom en sus notas al libro de Pané dice que la voz tiene raíz en el aruaco taíno Opía, espíritu.
TAGUABO: Según Guarch y Querejeta (1997:31-32) es Avatar o advocación nominal por la que se conoce a Boinayel en el mito convertido en leyenda en la ciudad de Antilla en Holguín. Nombre que se le dio a un Cemí de madera encontrado por el campesino Alejandro Reyes en loma del Júcaro.
TOA: En los mitos recogidos por Pané (1990:24) voz con que los niños abandonados por sus madres, cuando Guahayona separó las mujeres de los hombres, llamaban a aquellas. Los niños abandonados a la orilla de un arroyo se transformaron en ranas.
Arrom en sus notas (1990:61) cita a Ulloa en esta voz como too y posteriormente tona, dice además que es posible que la forma correcta sea toa y que signifique agua.
Zayas lo recoge como tona, toha. Tona en aruaco protomaipure es agua.
Cambiaso (1974:67) plantea que toa quiere decir pechos, senos. También en el sentido de madre.
UAGUANO: Valle y Hdez. (1919:103-115).dicen que también era conocido como: mueco, muenco o muengo, y que su leyenda se pierde en los remotos tiempos de los aborígenes. Especie de espíritu de los bosques, adicto a las maldades, su diversión favorita es cambiar de sitio los animales que encuentra a su paso, así como extraviar los aperos de labranza. Habita en rocas y arrecifes de la costa o en madrigueras en las altas montañas o en lo profundo del monte. También se le atribuyen las deformaciones en los niños.
Bachiller lo recoge como Uaquiano y dice que significa mal compañero (1883:II, 368).
YAHUBABA: En los mitos del tiempo primigenio de los aborígenes de La Española recogidos por Pané (1990:23) este individuo habitante de la cueva Cacibajagua, fue enviado por Guahayona a recoger hierbas medicinales y al no poder regresar a la caverna antes del amanecer fue sorprendido por el Sol y transformado en el pájaro que anuncia la mañana, llamado Yahubabayael.
Zayas (1914:II, 3) lo nombra Giudranama.
Cambiaso (1974.25) lo recoge como Giahubabagionel y dice que es una frase cuyo significado es: “el que se volvió pájaro”.
Arrom dice en sus mitos al libro de Pané (1990:60) que Yahubaba, Tahubaba y Cahubaba sean tal vez variantes de una misma voz.
YAYA: Personaje mitológico de los recogidos por Pané (1990:28). Ser innominado, antepasado mítico, algunos autores lo consideran Padre primigenio. Dio muerte a su hijo, quien a su vez intento matarlo a él y puso sus huesos en una calabaza que colgó de lo alto de su bohío, un día al volcar dicho recipiente salieron de ella muchos peces, teniendo su origen de esta forma, al igual que el mar que surgió por la ruptura de la ya mencionada calabaza.
Arrom en sus notas al libro de Pané (1990:65 nota 53) aclara que en realidad de lo que debió tratarse fue, de una güira que es la que se usaba en la Antillas como recipiente.
Arrom (1990:65) aclara la contradicción existente al mencionar el nombre Yaya y decir inmediatamente que se desconoce su nombre citando a C. H. de Goeje (1928:45,142 y 204) donde se explica el término aruaco Ia que significa espíritu, causa primera de la vida y que por su duplicación se torna un superlativo que podría traducirse como Sumo Espíritu.
Según Izquierdo Gallo Yaya es dios solar, y vincula la ruptura de la jícara al mito del diluvio.
Bachiller y Morales (1883:11, 227) dice que IaIa significa tierra.
YAYAEL: Hijo de Yaya, como indica la terminación -el. Cuentan los mitos recogidos por Pané (1990:28) que intentó matar a su padre por lo que fue desterrado por cuatro meses y posteriormente muerto por ser padre; sus huesos guardados en una jícara dieron lugar al surgimiento de los peces.
YÚCAHU: Yúcahu Bagua Maórocoti, Ser Supremo para los tamos de La Española, según Pané (1990:21). En las creencias aborígenes este ser se ubica en el Cielo, es el único de toda su mitología, no tiene principio ni padre conocido, pero madre si, que es Atabey. Era considerado inmortal e invisible.
Zayas lo nombra Yucaho y dice que es “vocablo que siendo posiblemente una modalidad de la voz básica yoca, figura en varias expresiones complejas y seguramente, relativas a la Divinidad”. También lo recoge como Yocabay Bama, Guamoquina, Yocahuguama, Yocahuna-Vagua-maorocoti, Yocauna- Guamaocon.
Ulloa, según lo cita Arrom, lo llama Iocahuuague Maorocon. Las Casas (1990:104) Yocahu Vagua Maorocoti.
Arrom en sus Estudios sobre el Ser Supremo descompone el nombre de la siguiente forma:
Yúcahu: Yúca -yuca
hu -sufijo nominalizador que da sentido de solemnidad lo que se traduciría como Yucador o Ser de la Yuca.
Maórocoti: Ma- prefijo negativo o privativo. Orocoti- abuelo. Lo que se traduciría, El Sin Abuelo.
Yucaguama: Es polisintetismo que se traduciría como Nuestro Señor de la Yuca.
Perea confirma este vocablo y explica que desciende por síncope de Balahua, palabra del aruaco eyerí (aruaco protomaipure de las Antillas Menores) que significa grande agua, mar, río poderoso
Bertoni (1916:85), dice que Yocahúna o Hovana es el nombre de Dios en taíno.
Cambiaso lo recoge como Jocahunage y plantea que es una frase que significa: Ente del cielo que no tenía padre. Ser Supremo que nadie había creado (1974:52)
YUMURÍ: Indio de la zona de Matanzas, de las leyendas recogidas por Feijóo (1986:22), amante de Albahoa. Ante la decisión del padre de la muchacha de casarla con otro, esta lo hizo saber a Yumurí, quien fue a rescatarla en una canoa por el río Babonao, en el cual encontraron la muerte hundiéndose abrazados en el fango de sus orillas, una vez que fue descubierta la fuga, y después de una larga persecución. A partir de ese momento el río dejó de llamarse Babonao para llamarse Yumurí.
BIBLIOGRAFÍA
ALEGRÍA, Ricardo E.: Apuntes entorno a la mitología de los indios taínos de las Antillas mayores y sus orígenes suramericanos.
ALVARADO SICILIA, Américo: Siete leyendas matanceras. Ediciones Semanario Vanguardia, Matanzas, Cuba, 1960.
ALVAREZ NAZARIO, MANUEL: Arqueología lingüística. Editorial Universidad de Puerto Rico, 1996.
ARROM, JOSÉ JUAN: El mundo mítico de los taínos: notas sobre el Ser Supremo. Tesaurus, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, Colombia, 1967.
------------------------: Mitología y Arte prehispánica en las Antillas. México, 1975.
------------------------: Estudios de lexicología antillana. Casa de las Américas, Centros de Estudios del Caribe, Ciudad de la Habana, 1980.
BACHILLER Y MORALES, ANTONIO: Cuba primitiva. Origen, lenguas, tradiciones e historia de los indios de las Antillas Mayores y Lucayas. La Habana, 1883.
BARRAL, BASILIO DE: Guarao a-ribu; literatura de los indios guarao. Universidad católica “Andrés bello”, Caracas, Venezuela, 1969.
-------------------------: Diccionario de Warao-Castellano, Castellano-Warao. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, 1975.
BERTONI: Analogías lingüísticas caribe-guaraníes y la lengua guaraní en Antillas, Venezuela, Colombia y Centroamérica. Anuario Científico Paraguayo, Asunción, Paraguay, 1921.
BRINTON, D. G.: The arawak language of Guiana and its linguistic and ethnological relation. Transactions of the American Philosophical Society, Philadelphia, 1871.
CAMBIASO, RODOLFO DOMINGO: Pequeño diccionario de palabras indoantillanas. Colección Enriquillo, 2da. Ed., Secretaría de Educación, Santo Domingo, República Dominicana, 1974.
CASAS, FRAY BARTOLOMÉ: Apologética historia de las Indias. Madrid, 1909.
-------------------------------: Historia de las Indias. México, 1951.
CASSÁ, Roberto: Los indios de La Española. Universidad de Santo Domingo, Santo Domingo, República Dominicana, 1974.
DUFF, MARTHA: A sintactic Análisis of an Amueska (arawak) text. IJAL, Vol.22, 1957.
EDWARDS, WALTER F.: A brief introduction to some aspects of the culture and language of Guyana Arawak (lokono) tribe. University of Guyana, Georgetown, Guyana, 1980.
ELIADE, MIRCEA: Mito y Realidad. Labor/Punto Omega, Barcelona, España, 1980.
--------------------: Mitos, sueños y misterios. México, 1988.
FEIJOÓ, Samuel: Mitología Americana. Editorial Arte y Literatura, La Habana, Cuba, 1983.
--------------------: Mitología Cubana. Editorial Arte y Literatura, La Habana, Cuba, 1986.
FLOREN LOZANO, LUIS: (introducción) La relación de las antigüedades de los indios de La Española de Fray Roman Pané. En Anales de la Universidad de Santo Domingo, 1947.
GUARCH DELMONTE, José Manuel: El taíno de Cuba; ensayo de reconstrucción etnohistórica. Academia de Ciencias, La Habana, Cuba, 1978.
GUARCH DELMONTE, José Manuel y Alejandro Querejeta: Mitología aborigen de Cuba: deidades y personajes. Publicigraf, La Habana, Cuba, 1992.
HICKERSON, N. P.: Ethnolinguistic notes from lexicons of lokono arawak. International Journal of American Linguistics. Baltimore, USA, 1953.
-------------------------: Two versions of a lokono (arawak) tales. International Journal of American Linguistics. Baltimore, USA, 1954.
IZQUIERDO GALLO, Mariano: Mitología Americana. Editorial Guadarrama, Madrid, España, 1956.
JENSEN, Ad. E.: Mito y culto entre pueblos primitivos. Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
LÓPEZ-BARALT, Mercedes: El mito taíno; Leví-Strauss en las Antillas. 2da. edición, Huracán, Río de Piedras, Puerto Rico, 1985.
LÓPEZ DE GOMARA, FRANCISCO: Historia General de las Indias. t. I, Espasa-Calpe, S.A., Madrid, España, 1932.
LÓPEZ DEL TORO, JOSÉ: (traducción) Epistolario (de Pedro Mártir de Anglería). Madrid, España, 1953-1955.
ORTIZ FERNÁNDEZ, FERNANDO: El Huracán, su mitología y sus símbolos. Fondo de Cultura Económica, México, 1947.
PANÉ, RAMÓN: Relación acerca de las antigüedades de los indios. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 1990.
PEREA, JUAN A. Y SALVADOR PEREA: Glosario Etimológico taíno-español, histórico y etnográfico. Tipografía Mayagüez, Puerto Rico, 1941.
PEREA Y ALONSO, SIXTO: Filología comparada de las lenguas y dialectos arawak. A. Monteverde, Montevideo, Uruguay, 1942.
RODRÍGUEZ, J. A.: Diccionario de yucayo. Cuba Intelectual, La Habana, 1900.
STAHL, AGUSTÍN: Lenguaje de los indios borinqueños. Revista Puertorriqueña, No.III, San Juan, Puerto Rico, 1889.
TAYLOR, DOUGLAS: Island Carib II: word classes, afixes, mouns and verbs. International Journal of American Linguistics. Baltimore, USA, 1956.
-------------------------: Language and ghost-language of the West Indies. International Journal of American Linguistics. Baltimore, USA, 1956.
-------------------------: Spanish huracan and its congeners. International Journal of American Linguistics. Baltimore, USA, 1957.
VALDÉS BERNAL, SERGIO: Las lenguas indígenas de América y el español de Cuba. T. 1, Editorial Academia, La Habana, 1991.
VALLE, ADRIÁN DEL Y PEDRO MODESTO HERNÁNDEZ: Tradiciones y leyendas de Cienfuegos. Imprenta del Siglo XX, La Habana, 1919
WILBERT, Johannes: Textos folklóricos de los indios waraos. Latin American Center, Los Angeles, United States of America, 1969.
ZAYAS Y ALFONSO, ALFREDO: Lexicografía antillana. La Habana, 1914.
1 comentario:
Sino lo sabe, toda la obra de Arrom es un fraude. Para empezar compare su alegada traduccion de Pane al castelano con esta del 1932. Le soprrendera que es la misma:
http://digicoll.library.wisc.edu/cgi-bin/IbrAmerTxt/IbrAmerTxt-idx?type=header&id=IbrAmerTxt.Spa0006&pview=hide
Por otro lado hasta hace un cuento chino de que unos viejitos le hicieron la traduccion. Dos traducciones nunca pueden ser una imagen de espejo
Publicar un comentario