viernes, 18 de enero de 2008

CEMIES I


EL CEMÍ BAIBRAMA: ¿FEO Y MALO?

“Capítulo XX
Del Cemí Buya y Aiba, del que dicen que, cuando hubo guerra, lo quemaron, y des pues, lavándolo con el jugo de la yuca, le crecieron los brazos, y le nacieron de nuevo los ojos y le creció el cuerpo”

Pané (1990:34-35)

Desde la más remota antigüedad, el hombre en su afán de comunicarse se vio en la necesidad de dar nombres a objetos y fenómenos de su vida cotidiana. La religión forma parte de su cotidianeidad por lo que la va a nombrar también y ejemplo de esto lo tenemos en todas las mitologías: Zeus, Atenea, Indra, Vishnú, Anubis, Set, Inti, Yúcahu, Baibrama, Lucuo, Betere, Juluna y miles de nombres por todo el globo terráqueo que sirvieron para definir sus temores, sus deseos, su veneración o sus respuestas a las fuerzas naturales desconocidas para ellos.
Los aborígenes cubanos, si bien aún se encontraban en la evolución de formas primitivas del pensamiento religioso hacia otras más evolucionadas (las divinidades como abstracciones), sí poseían un sistema religioso (no organizado ni jerarquizado debido a que este era reflejo de su propia organización social), por lo que tuvieron que nominar a sus deidades, seres sobrenaturales, espíritus y héroes culturales.
Cercanos al Ser Supremo, por su acción, se encuentran los seres sobrenaturales en forma de ídolos con carácter de espíritus tutelares: los cemíes, con funciones claramente definidas dentro de las creencias de los primitivos habitantes de nuestras islas que, a diferencia de los héroes culturales, sí se les asigna un poder real dentro de la naturaleza y están en contacto con el culto.
Principal elemento entre los taínos, por cemí se entienden divinidades abstractas, personificadas, naturalistas, locales, espíritus familiares y de fenómenos de la naturaleza que su extensión condujo a la creencia en espíritus de los elementos, lo que inicialmente fueron espíritus particulares, Cassá (1974:153). La capacidad sincretista de nuestros aborígenes es la causa prima de que seres sobrenaturales de un conglomerado tribal se hicieran extensivos otros conglomerados.
Dentro de estos cemíes tenemos algunos casos interesantes como el de Baibrama.
Baibrama: Deidad vigilante de la salud y los cultivos; su severo control le granjeó el mote de “feo y malo”. En Cuba se le conoce con el nombre de Mabuya. Tal es la definición que dan de él Guarch y Querejeta (1992:4142). Arrom en su libro “Mitología y Artes prehispánicas en las Antillas” para hablar de este cemí hace un pormenorizado análisis del cultivo de la yuca y señala que se utilizaba a Baibrama para infundir temor a quienes no quieren cumplir con la tediosa tarea de rayar la yuca y extraer el jugo dañino antes de consumirla. Sin embargo más adelante plantea “... lo que realmente se quemaba, para que la yuca creciera, no era la imagen del cemí, sino el bosque cuya fertilidad favorecía el buen Baibrama” y también “...en tanto las correspondencias que se han señalado llevan a pensar que representan a Baibrama, el buen cemí que después de lavado con zumo de yuca, hizo que esta fuera como ahora lo es gorda y muy crecida».
De aquí parte nuestro análisis en cuanto a la función de este espíritu tutelar del principal alimento de los aborígenes y los epítetos por los cuales es nombrado, y nuestras primeras disquisiciones las realizamos desde el punto de vista lingüístico.
Arrom en sus notas al libro de Pané (1990:75-76) dice que Aiba y Buya (Bugia et Aiba) parecen epítetos más bien que el nombre del cemí y plantea que estos significaban feo y malo para lo que se basa en Brinton (1871:444) y Stradelli (1929:385, 625) bajo los términos tupí ayua y puxí. Refiere además en su nota 112 al libro de Pané que si banvay es el aruaco bahai bahü, ‘casa’, Baibrama tal vez pudiera haber sido un dios tutelar relacionado con el hogar.
En el Diccionario Warao-Castellano y Castellano-Warao de Basilio Barral (1979: 6,78) aparecen los vocablos siguientes con sus definiciones:

Aida: Crecer. Crecido. Grande//2. Grande (en sentido moral). Superior. Jefe.
Aida: El grande. El que es grande entre otros más pequeños.//2. El de más categoría. El Jefe. El Superior.
Aidamo: plur. de Aida, grande. Grandes. Los grandes. Los mayores. Los jefes.//2. Los antepasados. (Este nombre es además uno de los nombres que se le da al Ser Supremo de los guaraos, también nombrado Bare Aidamo, ‘Padre Supremo’).
Buya. paragoje de abuya: muerdo, muerdes.

En el libro de Edwards «A brief introduction to some aspects of the culture and language of Guayana Arawak (lokono) tribe”, aparece:

Aakwa: Hincharse, engrosarse, dilatarse, expandirse.
Buya: Alimentar, nutrir, dar de comer.

En el Diccionario de Lengua Guajira. Guajiro-Castellano, de Jusayü:

Ai: Yuca
Am, am-ud: Corazón, alma, espíritu
Aiuá: Ser querido, amado, estimado

Por último en Ceona Aybue son los antepasados.

Esta lista de términos procede en su totalidad de lenguas del tronco Arauco y warao que por su ubicación en el delta del Orinoco tuvieron amplia relacion con los aruacos, mientras que las utilizadas por Arrom en su libro pertenecen a la lengua tupí. En cuanto a la relación nombre-función, los elementos de la anterior serie se acercan más a la corroboración de la teoría de algunos autores que plantea que ante la inexistencia de nombres propios se toman objetos o conceptos que representan características personales o funcionales para definir al individuo en cuestión. En este mito los epítetos vistos desde una óptica lingüística aruaca, como los mencionados anteriormente, se corresponden más a su función de cemí de la yuca, de alimentar, de espíritu superior, otorgador del principal medio de subsistencia del grupo social, por tanto el cemí superior, el más grande. Añadiendo a esto que si bien las creencias aborígenes son simplistas, y que dentro de lo simple se encierra toda su lógica, es incongruente creer que el ser que garantiza el sustento de la tribu y al que se le venera por esto sea motejado de feo y malo, cierto es que castiga, pero sólo al que no realiza el proceso de elaboración de la yuca, lo cual sería su función reguladora y de tabú.
Baibrama como Mabuya, como lo define Guarch, contradice los criterios anteriores ya que como se expresa en varios estudios lingüísticos, entre ellos de de Arrom, el prefijo ma- indica negación o privativo y aún cuando el epíteto buya significara feo el término Mabuya se traducirla como su contrario u opuesto y este ser considerado por los cronistas como el Diablo, el Demonio, o Espíritu maligno de nuestros aborígenes, no era lindo, ni hermoso como sí lo representan otras creencias en el sentido de la belleza vinculada a la tentación. En las primitivas creencias, bello era lo que contribuía al bienestar del grupo y feo lo que conllevara a la destrucción, o la desgracia.
Otro aspecto interesante de este ser es su doble función como espíritu protector y héroe cultural, Baibrama, ídolo venerado por los primitivos, sujeto a un culto, también participa en el tiempo primigenio u originario y su función etiológica dentro de este es la de hacer la yuca “la que hoy es gorda y crecida”. Eliade (1988:25-26) plantea en su teoría que un número considerable de pueblos en sus tradiciones concernientes al origen de la actual condición humana existe un asesinato primordial (a él nos referiremos en el caso de Yayael); un ser divino se deja inmolar a fin de que los tubérculos (en este caso la yuca) o los árboles frutales pudiesen brotar, el mito de este cemí quemado en la guerra y que al frotársele con jugo de yuca recobra su condición inicial y cuya función es la de acrecentar los cultivos bien puede enmarcarse en este acontecimiento. Dice Eliade más adelante que «para todos estos pueblos paleocultivadores, lo esencial consiste en evocar periódicamente el acontecimiento primordial”, en este caso, como bien plantea Arrom, lo que realmente se quema con periodicidad, para el crecimiento de la yuca, es el bosque (técnica de roza) y no la imagen del cemí, aplicando así un antiguo método de fertilización del terreno en que se cultivará, además de realizar un regreso simbólico al tiempo originario, una rememoración, eje central de su vida religiosa donde se encierran los principios y paradigmas que rigen la conducta del grupo humano. La forma actual de la yuca se remonta al tiempo originario como resultado de un hecho violento sobre la persona de un espíritu que recobra su imagen al ser bañado en la savia vital de la planta a la que representa intercambiando poderes con ella. Compenetración entre rememoración y acto cultual, que no es muy común en los pueblos primitivos.
Los cemíes como ya planteamos son objeto de veneración y se encuentran estrechamente ligados a la vida cultual, aumentando sus poderes mágico-religiosos en detrimento de la actualidad religiosa del ser supremo de dicho culto. De ahí la importancia mitológica de la figura de Baibrama dentro de las creencias de nuestros aborígenes y la correcta interpretación del mito para la comprensión de los procesos etno-sociales.
BIBLIOGRAFÍA

CASSÁ, Roberto: Los indios de La Española. Universidad de Santo Domingo, Santo Domingo, República Dominicana, 1974.
GUARCH DELMONTE, José Manuel: El taíno de Cuba; ensayo de reconstrucción etnohistórica. Academia de Ciencias, La Habana, Cuba, 1978.
GUARCH DELMONTE, José Manuel y Alejandro Querejeta: Mitología aborigen de Cuba: deidades y personajes. Publicigraf, La Habana, Cuba, 1992.
JANSEN, Ad. E.: Mito y culto entre pueblos primitivos. Fondo de Cultura Económica, México, 1986.
LÓPEZ-BARALT, Mercedes: El mito taíno; Leví-Strauss en las Antillas. 2da. edición, Huracán, Río de Piedras, Puerto Rico, 1985.
PANÉ, Ramón: Relación acerca de las antigüedades de los indios. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 1990.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Play Real Money Casinos
You're not alone. Top 10 Most Popular 1XBET Casino 우리카지노 Sites: Red Dog Casino, Cafe Casino, PlayOJO Casino, LeoVegas Casino, Casino 메리트카지노 of the Caribbean,